Queridos colegas y queridísimos alumnos, empezamos este blog con la esperanza de que algún día, de alguna manera, lo leáis y os animéis a escribir.
Esto es una actividad conjunta de la biblioteca y el departamento de lengua y literatura y, básicamente, es una declaración de amor a los libros. Dicho de manera menos poética, la idea es crear un espacio de intercambio de opiniones sobre vuestras lecturas (y sobre los libros en general) y sobre cualquier aspecto relacionado con la biblioteca: noticias, sugerencias, recomendaciones, novedades, propuestas de compra, etc.
Como todos sabéis, un blog es básicamente un diálogo: si no hay diálogo, no tiene sentido.
Así que ya que estamos hablando del amor a los libros, empecemos justo ahí: los libros que alguna vez hemos amado. ¿Hay un libro del que puedas decir que estuviste enamorado en algún momento de tu vida?
Yo recuerdo todavía con emoción la primera vez que leí La Llamada de lo Salvaje de Jack London. Debía de tener 16 ó 17 años, así que he tenido tiempo de olvidarlo y sin embargo aquí estoy hoy, hablando de él. Es la historia de un perro-lobo (llamado Buck) que ha sido domesticado pero que encuentra su camino de vuelta a “lo salvaje”, como dice el título. Como el protagonista es un perro, tradicionalmente ha sido considerado un libro juvenil o para niños, pero es mucho más que eso. La historia tiene lugar en Alaska y en el Territorio del Yukon en Canadá, lo cual cuando yo tenía 16 años era un mundo fascinante (lo sigue siendo, en realidad).
¿Y tú? ¿Qué libro te viene a la mente cuando piensas en los libros que has amado?
Deja tu comentario aquí. Un beso. Marian
19 comentarios:
Voy a abrir el fuego e inaugurar los comentarios del blog respondiendo a la invitación que Marian nos lanza. ¿Un libro especial en mi vida? Qué difícil elegir. Hoy diría uno y la semana que viene otro, y a la siguiente volvería a cambiar.
Si pienso desde la emoción, elegiría el primer libro “adulto” que leí. Ya sabéis, la primera vez que vas más allá de Las aventuras de los cinco. Se llamaba La insolación y era de Carmen Laforet. Lo recuerdo vagamente como una novela de iniciación que contaba un trío amoroso entre adolescentes durante unas vacaciones junto al mar. Ellos descubrían la libertad, la amistad, la vida. Y yo con ellos. Aunque haya olvidado el contenido, puedo recordar perfectamente la intensa emoción, el sobrecogimiento con que leí aquel libro. Nunca he querido volver a leerlo para no traicionar aquella emoción que hizo que me convirtiera en lectora compulsiva.
Si pienso desde la razón, quizá elegiría la trilogía (Si esto es un hombre, La tregua y Los hundidos y los salvados) en la que Primo Levi (lúcido, amargo, comedido, escéptico, sin hacer concesiones) nos cuenta su experiencia en el campo de concentración de Auschwitz. Nadie puede volver a mirar al mundo de la misma manera después de verlo a través de los ojos de Primo Levi.
Pensándolo mejor, creo que me quedo con la emoción. En cierto modo, nunca vuelves a leer con la intensidad de entonces. Me recuerdo a mí misma a los quince años con en el corazón en un puño por Ana Karenina, terminando el libro a escondidas después de que mi madre me riñera otra vez por no apagar la luz, que tienes que madrugar, sufriendo, son ya las cinco de la madrugada y mañana hay instituto, y pensando angustiada, pero ¿cuándo se dará cuenta Ana de que Vronski es un imbécil?.
Pues a pesar de lo que dice Leonor, recuerdo con nostalgia, bueno digamos mejor, con ternura, mis primeras lecturas no de "adulta", sino precisamente de esas aventuras de los cinco. Los primeros libros, libros, que no tebeos ni cuentos infantiles, que leía con avidez.
Me entusiasmaba la idea de recorrer las mismas aventuras de esos chicos, primos y hermanos entre sí. A veces aventuras no muy verosímiles, creo que un tanto forzadas, pero aventuras al fin y al cabo. Y supongo que todo ese entusiasmo no era realmente por vivir en sí la aventura, sino porque todo lo que ocurría en los libros, les sucedía a chicos de pueblos, digamos, pequeños, como el mío, aunque eso sí, de Inglaterra.
En un estante de mi bibliotaca está toda la colección de las aventuras de los cinco, junto con los demás libros que fuí adquiriendo a lo largo de los años. Y siempre que miro ese estante, creo que una sonrisa de ternura y nostalgia aparece en mis labios.
Yo no he vuelto a releer estas aventuras (aunque confieso que algunas de ellas, con mis 13 o 14 años, las leí varias veces). Pero han pasado por otras manos y otors ojos de 10 años: libros que han servido para que mis sobrinas adquiriesen esa maravillosa ansia de leer, y que supongo servirán para mis sobrinos más pequeñajos, al tener esa edad, comiencen a gustar de la lectura, como ahora disfrutan cuando se les lee un cuento o se les cuenta una historia de un astronauta, de un bombero o de una princesa encerrada en un castillo.
Las páginas de estos libros de mi niñez ya están algo amarillas y muy pasadas, per, al fin y al cabo, ¿no es así como desearía estar cada página de cualquier libro?.
Para mí la lectura ha sido siempre un verdadero placer, porque cada libro me hacía entrar en un mundo distinto, vivir una aventura increible, visitar otros países, conocer otras culturas, abrir los ojos a otras realidades. Pero todo ello lo creaba yo, en mi mente: yo ponía los colores al paisaje, las caras a los personajes; yo sentía las texturas (ahora los libros se despliegan y puedes tocar distintos materiales), percibía los olores (ahora los libros huelen de verdad, a chocolate o a pies de troll), yo oía los sonidos (ahora suenan cuando pulsas un botón); yo creaba la historia gracias a una persona admirable, que era capaz de transmitir sensaciones a través de las letras, en un simple papel.
Al pararme a pensar en un libro inolvidable para mí, pienso que he leído tantos, he creado tantas historias, que a veces se diluyen en el tiempo y se entremezclan. Al fin he recordado la emoción al leer, en mi adolescencia, El Diario de Ana Frank. Es de sobra concocido aquel diario que escribió una jovencita durante la ocupación nazi de Holanda, pero pienso que, en algún momento de la vida, todo el mundo, como yo hice entonces, debería meterse en la piel de una persona a la que le tocó vivir uno de los momentos más crueles de la historia. La emoción está asegurada y la reflexión posterior también.
Bueno a mi me encanta cada libro que leo!Da igual de que genero sean...Pero hubo uno que me resulto fascinante.Fue el de la hija del espantapajaros de Maria Gripe.Me encanto la historia y como era transmitida!Otro de los que me an gustado mucho a sido Angeles y Demonios,tanta intriga y tanto misterio me engancharon desde un principio.
Bueno quiero terminar mi comentario diciendo que a sido una gran idea crear este Blog,aunque muchos de mis compañeros no creo que se pasen por el...Pero en nuestro instituto hay bastantes aficionado a la lectura a los que le gustara mucho el blog.
Sin mas me despido
¡Qué alegría leerte aquí, Manuel! Gracias por participar. Ya verás como más compañeros se van animando.
Ana,líbreme el cielo de meterme con Los cinco. Muchísima gente de mi generación disfrutó con sus aventuras (a pesar de que eran un tanto extrañas para nosotros. Siempre quise saber a qué rayos sabría el pastel de jengibre y llegué a pensar que en mi casa no eramos muy normales por no tomar el té a las cinco).
Creo que lo que para nosotros fue la colección de Los Cinco, hoy sería para nuestros alumnos la colección de El barco de vapor. Algo entrañable. Seguro que muchos recuerdan con cariño alguno de sus libros. La hija del espantapajaros que menciona Manuel ¿no estaba en esa colección?
Si Leonor,espero que muchos de mis compañeros se apunten,es una gran iniciativa!
El libro de la Hija del espantapajaros en efecto es de la serie barco de vapor.
Respecto a los Cinco yo lei alguna de sus aventuras hace bastante tiempo,como Los cinco y el rayo Z o Los cinco van de crucero.
"Amanecía, y el sol nuevo pintaba de oro las ondas de un mar tranquilo"... Así comienza el que fue mi libro de iniciación a la vida adulta: Juan Salvador Gaviota de Richard Bach. Yo era Juan Salvador Gaviota. Quería volar como él, probarme a mí misma, crecer en mi mundo interior (¡con lo sociable que soy!). Es uno de los libros que, sin ser la mejor literatura, más hicieron por mí en mis lejanas dieciocho primaveras...
De los grandes novelistas me quedo con Gabriel García Márquez (Cien años de soledad, Crónica de una muerte anunciada y el cuento titulado "La terrible y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada"... tremendo)y con Mario Vargas Llosa (me partí de risa con La tía Julia y el escribidor).
Pero, en el fondo de mi corazón, escojo lo nuestro, me gana el terruño: he leído toda la obra de Miguel Delibes (mi tesis se basaba en ella) y -de sus varias épocas- destacaría Mi idolatrado hijo Sisí (el egoísmo de Cecilio Rubes o cómo ser un padre pésimo... muy actual), Las ratas (el Nini, ese niño-sabio, "Jesús entre los doctores") y Los santos inocentes (Régula, Paco el Bajo, Zacarías... El tercer mundo en el cortijo de los señoritos).
Un saludo.
la verdad es que cuando me metido en esta pagina me a sorprendido que no haya tanta gente como para otras cosas.me a llamado mucho la atencion y espero que la gente ponga mas comentarios y opiniones.
Capítulo 92
(Blancas: Rey e3)
Mis peones acosan. El fin está cerca. Jaque.
Una jugada más y...
Jaque mate.
Quiero vivir.
Ése es uno de los últimos capítulos del libro que he leído tantas y tantas veces, porque me ha encantado. La primera vez que le leí tenía 14 años.
Basado en sucesos reales; 'Campos de fresa', de Jordi Sierra i Fabra habla de los jóvenes que llegan a perder la vida tomando las llamadas 'drogas de diseño'.
Una joven, sin fuerza de voluntad y motivada por sus amigos, toma una pastilla, la cual la hace caer en un profundo coma. Pero al no saber exactamente qué contenía esa pastilla; sus amigos buscan a la persona que se las vendió para poder salvar la vida de su amiga.
Casos como el de esta chica son el de una británica que murió, y el de otra muchacha que consigió sobrevivir.Ésta última, al despertr de su coma, dijo una frase que explica todo: 'No bailéis con la muerte'.
Con este libro se intenta concienciar que debemos ser fuertes de voluntad y no tomar cosas que nos puedan dañar o incluso perder nuestra valiosa vida.
Animo a todo el mundo a leer; no hace daño, ni mata neuronas. Y además, es divertido.
Sin más, un saludo y enhorabuena por este blog.
Hola, Estefanía. Bienvenida. Es curioso, muchos alumnos me han comentado que el libro que mencionas les ha marcado y, sobre todo, les ha hecho reflexionar. Está claro que Sierra i Fabra es el número uno en literatura juvenil.
Hola, Leonor. Sí, la verdad es que es un buen libro.
Parece mentira que la gente pueda llegar a entender la gravedad de las cosas... Por medio de las desgracias ajenas o la propia experiencia. Es una lástima que la gente tire así su vida.
La verdad es que a mí este libro me llegó al fondo, porque es la vida misma. Me dio bastante impresión...
Pero ¡es así de duro y complejo!
Ojalá y sea verdad que la gente, leyendo éste o cualquier otro libro, tenga conciencia de que nuestra vida el muy valiosa; que sólo tenemos una y que tenemos que cuidarla como el mayor de los tesoros.
Un saludo.
También me leí hace un tiempo 'Querido nadie' , pero hace mucho tiempo de ello y la verdad no me acuerdo del argumento. Pero sí que puedo decir que es un libro estupendo. Vagamente recuerdo que habla sobre una pareja, que va a tener un bebé y tienen que decidir qué hacer; puesto que los dos están en época de estudios (algo así...). Ella le escribe un diario a su hijo y le va contando sus miedos, sus alegrías; sus pensamientos...
Sin más; un saludo.
Y ahora Cristina … Yo no me quiero alejar del verano pasado, cuando descubrí un libro que es una pequeña joya: La elegancia del erizo de Muriel Barbery. He dicho descubrí y he de rectificar; el libro me llegó a través de la recomendación de mis hermanas. Lo primero que me atrajo de él fue su sugerente título. Luego me vi envuelta por el diario de las dos protagonistas: Renée, la portera de un inmueble burgués, y Paloma la niña-adolescente-superdotada. Éstas sólo cumplen con su rol en apariencia. La portera se nos presenta como una mujer vulgar , aunque ,en realidad, esconde un rico mundo interior que nos lleva a conocer su irónico punto de vista sobre una sociedad hipócrita. Paloma, la niña de doce años, que disecciona a su familia y a las gentes que la rodean. La única manera que encuentran para ser felices es a través del arte. Pero, un día, aparecerá un nuevo vecino en el edificio, Ozu, que a través del mundo oriental se constituirá en su tabla de salvación y las conducirá a conocer la belleza a través del minimalismo y lo efímero.
Sin duda, un libro que subyuga a través de los personajes, el lenguaje y el humor que destilan las observaciones de nuestras protagonistas.
Queridos compis (iba a poner ex compis, pero... aún me resisto), queridos alumnos, queridísima Marian: ¡¡¡ENHORABUENA POR EL BLOG!!! Me encanta el "ambientillo" que se respira en sus páginas, me encanta que los alumnos lo hayan acogido tan bien y que poco a poco lo estéis construyendo. Lo siento un poco mío porque el germen, la idea, se fue gestando en la cabeza de Marian y la compartió conmigo en algunos de nuestros cafetitos de media mañana en el Orly (¡cómo los echo de menos!).
Sobre los libros amados, podría escribir un buen rato, pero leyendo el comentario de Ana y envidiando que áun conserve la colección de Los cinco (mi madre los regaló todos), recordé mi primer libro amado: "Paulina", de Ana María Matute. Tendría unos 8 años cuando me lo regalaron y recuerdo haberlo leído mil veces. Recuerdo perfectamente su aspecto, el dibujo de la portada, su tamaño peculiar (era cuadrado), las tapas de color blanco, duras... Trata sobre una niña que pasaba las vacaciones de verano en el pueblo de sus abuelos y entabla amistad con un niño ciego. Claro, a mí eso de "un pueblo", me fascinaba; ya sabéis, los que somos de Arévalo, no sabemos lo que es "ser de pueblo" de verdad, ¡qué os voy a contar! Por supuesto aquel libro también fue regalado, así que ahora estoy intentando encontrarlo para regalárselo a mis hijos y me temo que está descatalogado. Lo seguiré intentando.
Otro libro que me apasionó fue "El guardián entre el centeno", lo leí cuando estaba en el instituto (ha llovido un poquito) y recuerdo que me impactó; Holden es el protagonista, un adolescente que realiza un viaje iniciático en el que descubrirá todo un mundo desconocido, un mundo de adultos. Recuerdo que lo leía como quien lee algo prohibido, porque era una historia en la que se hablaba sin tapujos del sexo, de las drogas... No creo que en aquella época nos lo mandaran en el instituto, más bien era de los que no se podían leer. Una historia muy similar es la que cuenta "El palacio de la luna" de Paul Auster, que también es precioso. Son libros que creo que hay que leer en la adolescencia, después pierden parte de su capacidad de fascinación.
Y por último, un libro que amo en el más amplio sentido de la palabra (¡y que conservo, porque nunca estuvo al alcance de mi madre!) es una edición bilingüe en francés de "El Principito" que me regaló un ex novio (este sí es ex 100%) ... y hasta ahí puedo leer.
Recordando a Paul Auster se me ha ocurrido un nuevo tema para el blog: ¿qué espacios literarios te hubiera gustado habitar?. Otra idea puede ser ¿cuál ha sido el último libro que te atrapado de verdad? Si los ponéis, prometo escribir algo. ¡¡Ya me he enrollado más de la cuenta, como se nota que soy profe!! (de momento los alumnos nos ganan en capacidad de síntesis por goleada).
Besos y que no decaiga.
Queridísima M. Jose Manzano (por si acaso alguien no sabe qué M. Jose eres), muchisimas gracias por entrar en el blog y gracias por tus libros y tus ideas (y tus recuerdos), desde luego que vamos a hacer una entrada sobre los sitios literarios donde nos hubiera gustado vivir, ¡es una idea fabulosa!
No te olvides entrar en la sección "de viva voz", donde puedes oir a profes y alumnos leyendo poesía, te gustará mucho. Encontraremos una manera de que grabes una poesía y nos la envies para publicarla.
Un beso.Marain.
Pues como si de un pan recién hecho se tratará, de esos panes grandes y blancos que sacan del horno y que te encanta comer un poco después, caliente, esponjoso, sin que te pille tu abuela que te reprenderá por comer pan caliente sabiendo que te puede hacer daño, acabo de leer el libro sobre el que escribo estas líneas. Y como, por azares del destino, mis aventuras lectoras de los dos anteriores libros tratan de argumentos semejantes a este, me he decidido a comparar, si se me permite usar esta palabra tan fea, los tres volúmenes en cuerpo y alma. El primero que leí es “La Reina sin Nombre” de Maria Gudín, el segundo, “El Señor de los Cátaros” de Hanny Alders y el último, el cual he acabado esta tarde, “El Rey Transparente” de Rosa Montero. Señalar que con el primero se me quitaron las ganas de leer más y sopesé el tirarlo por la ventana. Pero recordé que la posesión de la caja de Pandora es más segura que su destierro y así me aseguraba de que al menos, el tomo que yo tenia no seria leído por nadie más. Y como el tiempo lo cura todo me atreví a leer otro para olvidarme así del primero. Pero cual sería mi sorpresa cuando atisbé que la historia era tan parecida al primero, con igual desenlace, que ahora busqué otro rápidamente para así diluirme en él y olvidarme de los dos. Pero como bien decía Paulo Cohelo, si algo pasa una vez es probable que no volverá a pasar, pero si pasa dos veces ten por seguro que pasará otra vez. Así que el libro que acabo de leer tiene las mismas raíces que los anteriores, está ambientado en un mundo agónico, donde sus personajes también son objeto de constantes persecuciones, en el primero la colonización de la raza celta por los visigodos, y en los otros dos, el exterminio de los cátaros por los cruzados. Pero el tallo de este último es fuerte, da sensación de seguridad, de él salen ramas verdes que se van haciendo grandes con el paso del tiempo, para acabar todas y cada una de ellas en un montón de flores como bello final y no en ramas secas, podridas en el suelo, pasto de los hongos como los anteriores.
En los tres dos amantes se separan y a causa de la brutalidad imperante en esos tiempos no se vuelven a unir hasta que casi se acaba la historia. Pero si en los dos primeros cuenta las vejaciones que han de sufrir unos y otros hasta el esperado y fatal reencuentro, en El Rey Transparente la protagonista goza de una vida plena, llena de aventuras y avatares, siendo innumerables personajes a través del tiempo y extrayendo en todo momento lo mejor de ellos.
En los tres las acciones de los protagonistas giran en torno a volver a ver a la persona amada. En el primero la chica le abandona a él y a su hijo, traicionada por su tutor, para su despose y reclusión con el rey de los visigodos, con la esperanza de salvar la vida de su amado caudillo celta. En el segundo el traicionado por su mejor amigo es él, que vaga como soldado de fortuna cambiándose de bando cada vez que las cosas sonríen a uno u otro flanco entre los cátaros y los cruzados, siendo como es caballero cruzado y su amada, una dama cátara.
Y si en el segundo se intenta comprender ese ir y venir de bando solamente como modo de salvar la vida, en La Reina sin Nombre no llego a entender que es lo que quiere mostrar la autora con tal cantidad de vejaciones que hace padecer a su protagonista, para al final tener que presenciar como el caudillo celta es apresado por su propio hijo y ajusticiado delante de su amada.
El final del Señor de los Cátaros es parecido, los amantes se vuelven a encontrar en el lecho de muerte de uno de ellos.
Al leer El Rey Trasparente lo entendí. Es como si los autores de los libro anteriores no amaran a sus protagonistas. Como si hubieran tenido un hijo al que no querían. Esos libros son los hijos bastardos de unos escritores sin escrúpulos con los cuales encima se quieren hacer ricos y famosos.
Al final del Rey Trasparente, después de un sin fin de aventuras vividas por Leola, la protagonista, encuentra también a su amado Jacques en el mismo lugar donde lo perdió. Pero él ya está muy anciano. Nos presenta con cariño y realismo que lo que perseguía era volver al pasado. Y que ese Jacques ya no era su Jacques. Ella ni tan siquiera se presenta y se retira a morir en compañía de su amiga del alma Nineve, con la cual ha vivido toda su vida. Es un libro con el que entiendes que el tiempo pasa, que a veces nos aferramos a una idea de cómo eran las cosas antes y que cuando volvemos ya no están. Nos recuerda que la vida no es un fin, es andar el camino. Y nos presenta una vida plena, llena de gente ni buena ni mala, sino que a veces una misma persona puede hacer cosas buenas y malas. Nos imprime una dosis inusitada de realismo por una parte y de sentimiento por otra, donde aunque el mundo conocido se acabará más tarde o más temprano, hay momentos que merecen ser vividos.
P.D. El nombre del libro “El Rey Transparente” proviene de una historia la cual, cada vez que alguien osa intentar contarla, muere de alguna u otra forma. Al final del libro nos cuenta la historia del Rey Trasparente, la cual, como es de suponer no leí.
Gracias Ana.
Uno de los libros que más me han gustado ha sido `Las lágrimas de Shiva´ de César Mallorquí.Es una novela en la que conviven el misterio y las aventuras.También hay historias de amor.Me gustó poque todo el rato están buscando pistas para descubrir asuntos del pasado.No es muy larga y es muy fácil de leer.Se la recomiendo a todo el mundo.
Gracias Erika y Oskar por vuestras recomendaciones. Contamos con vosotros para estas tertulias literarias virtuales.
César Mallorquí es otro de los grandes de la literatura juvenil. Maneja muy bien la intriga y el misterio. Sería buena idea intentar que nos visitara el año que viene. ¿Sabías que su padre fue el creador del personaje de "El Coyote" (la versión española del mítico "Zorro")?
Hoy, por fin, he decidido escribir en este fabuloso blog. Un libro que recuerdo especialmente es "Las ratas" de Miguel Delibes. Me lo mandó leer mi profesor de literatura del insti y, por supuesto, me parecía horrible sólo por la obligación de leerlo! Pero a medida que avanzaba me enganchó, no hay una gran trama, ni grandes intrigas sólo la lucha por la supervivencia en una Castilla rural. En realidad, no me enganchó la historia sino cómo la contaba. Me gustó tanto que me leí, y he seguido leyendo, todos los libros de Delibes que caían en mis manos.
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